Propuestas en navidad


Propuestas para vivir estas fechas con alegría y reflexionar sobre usted y los que lo rodean.



Conexión

No se puede ofrecer lo que no se tiene o no se conoce. Para estar en armonía con otros, piense en su relación consigo mismo. ¿Qué tanto amor se da? Tómese cinco minutos, cierre los ojos, respire, sienta su cuerpo, parte por parte, desde la cabeza a los pies. Hágalo cinco veces y permanezca un rato a solas. Se relajará y logrará conectarse con su interior.
 
Fe
¿Cuándo fue la última vez que se conectó con Dios o con una energía superior? Prenda una velita, símbolo de vida, y animado por su luz mire en su interior, hable con Dios, dele las gracias, cuéntele cómo está y pídale desde su corazón mejoría en lo que necesita. Haga una oración por otros, por el país y por el mundo.

Acompañamiento

Si tuvo una pérdida y cree que "no hay razón para celebrar", usted no está solo. La invitación es a no aislarse y a tratar de no dedicarse a lamentar su pérdida. Piense qué le gustaba hacer a esa persona en Navidad y hágalo en su memoria. Puede dar algo en su nombre a quien lo necesite. Diga: "Voy a reencontrarme con la vida en tu nombre...".
 
Balance
¿Cómo ha sido este año? Bueno o, mejor, ni hablar. En una hoja, escriba lo negativo que le pasó: lo que no salió bien, las personas que perdió. Tome ese papel, dígale adiós a lo malo y quémelo. Ahora, reflexione sobre lo bueno, escríbalo en otra hoja: personas que conoció, oportunidades aprovechadas, metas logradas. Ponga esa lista cerca de su corazón y desde el merecimiento y amor por usted mismo, con una sonrisa agradézcale a Dios. 
Solidaridad 
Por Facebook circula una invitación para comprar los regalos de Navidad a quienes tienen su propio negocio. La idea es de Carlos Briñez, quien se puso en los zapatos de quienes en esta temporada ven una oportunidad de mejorar sus finanzas. Copie esta iniciativa en su muro y sígala. Cómprele los cupcakes  a la vecina o las bufandas al amigo.

Generosidad 

Lo que dé, procure hacerlo de forma permanente, y no solo en Navidad. Hay muchas maneras de ser generoso. Si no puede dar dinero a una fundación social o apadrinar a un niño o a una mascota, puede regalar tiempo, donar sangre y compartir su corazón. Visite orfanatos, ancianatos, hospitales, porque allí hay seres humanos que precisan abrazos, miradas y sonrisas que iluminen su existencia. Hacerlo no le costará nada; en cambio, significará mucho para otros.

Espiritualidad

En estos días, no se olvide de su espíritu. La Navidad nos recuerda el nacimiento del niño Jesús en un portal, en medio de dificultades. Una situación que no dista de la realidad del país, agobiado por la violencia, la indiferencia y el invierno. Entender eso, ver y sentir más allá de los regalos, es trascender. Ser conscientes de que estamos cumpliendo una misión en el mundo y debemos dejar una huella.

Reconciliación

Es tiempo de paz y de perdón, un acto que es sanador. Hablar con la persona que lo hirió o a quien hirió ayuda, pero solo cuando esté preparado para hacerlo. Su corazón se lo dirá. Cuando perdona, se libera y libera al otro del lastre del rencor y el resentimiento. Piense en quién sufre más, ¿el que odia o el que es odiado? Quizá, este último ni siquiera lo sabe y vive su vida feliz.
 
Sintonizarse
Si no se ha sintonizado con la época, le sugerimos:
a. Salga a ver el alumbrado.
b. Escríbale una carta a la persona con la que siente que está en deuda.
c. Alrededor del árbol, reúna a su familia y recuerden anécdotas navideñas.
d. Vea las estrellas o películas de la temporada.
e. Reúna juguetes para llevar a la iglesia del barrio.
e. Prepare buñuelos, natilla y otras guarniciones y amasijos navideños. 

Ser 

Este es el tiempo indicado para que los adultos no se dediquen de manera compulsiva a comprar regalos para dar y adular, sino para que les enseñen con su ejemplo a los niños que lo esencial de la Navidad, y de la vida en general, es compartir momentos, disfrutar de estar juntos, en familia, con los amigos. Hay que aprovechar la ocasión para que los más pequeños aprendan que la esencia de la vida no está en el tener sino en el ser. Un mensaje que perdurará.
Fuente:
FLOR NADYNE MILLÁN
Redactora de EL TIEMPO

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